TSF-Minería 2023

Día 2, miércoles 18 de octubre de 2023

Al comenzar el segundo día del FST, con los hilos de las conversaciones de la cena de bienvenida de la noche anterior todavía tejiendo nuevas posibilidades dentro y entre nosotros, no perdimos tiempo en ponernos a compartir y planificar. Muchas voces han dado forma hoy a nuestro pensamiento común en nuestras dos principales áreas de interés: el nexo entre Justicia Climática, Transición Justa y Transición Minera, y la campaña global sobre el Derecho a Decir No.

Representantes de las comunidades más afectadas por la Transición Injusta dieron vida a la lucha contra la industria extractiva en constante expansión, por las llamadas economías "verdes", y ahora también "azules", para que las naciones explotadoras sigan con su Business as Usual. 

En "Fondos marinos y zonas de sacrificio", los isleños del Pacífico unieron a los defensores de los océanos del Pacífico, África y Asia contra la devastación que sufren nuestros mayores bienes comunes: nuestros océanos. También, al estar tan interconectados, sobre los medios de subsistencia de los pueblos indígenas, costeros y pescadores que han sido guardianes de nuestras aguas durante miles de años. 

La expansión de la minería terrestre también desmiente sus cuentos de "si aquí no allí", con ejemplos compartidos de la minería del litio en el "triángulo del litio" que atraviesa los Andes, y la minería del níquel que amenaza con aniquilar a los cultivadores de pimienta en Sulawesi. 

Debatimos cómo este asalto se ve sostenido y arraigado por las normas del comercio mundial y los acuerdos de libre comercio que proliferan en todas las regiones, cuyos beneficios nunca son globales ni gratuitos. Activistas por la justicia comercial, sindicatos y comunidades de base expresaron la importancia de unir fuerzas para garantizar que los trabajadores no sean utilizados como peones para justificar la explotación de personas y lugares. 

A continuación, el derecho a decir no ocupó un lugar central. Una selección de voces y perspectivas preparó el terreno, describiendo la diversidad y riqueza de la resistencia, antes de que nos dividiéramos de nuevo en sesiones para explorar más a fondo diferentes aspectos de este componente esencial de nuestra capacidad para avanzar hacia un futuro que sustente la vida. 

Nuestra mayor baza para hacer valer este derecho somos nosotros mismos, nuestras comunidades y nuestra capacidad para levantarnos y luchar. La movilización y la protesta son poderosas. Sin embargo, nuestro derecho cívico a protestar está siendo reprimido, incluso asfixiado, en nombre del "interés público", mejor entendido como interés corporativo. 

Hemos oído cómo se criminaliza, amenaza, ataca y asesina a los miembros de las comunidades. En el mundo mayoritario es cada vez más peligroso defender los derechos humanos y de la naturaleza. ¿Cómo podemos reforzar la protección de quienes están en primera línea? ¿Cómo podemos responder rápidamente con solidaridad y defensa? 

Se habló de los derechos humanos internacionales y de otros instrumentos normativos y jurídicos como posibles herramientas, como un tratado vinculante sobre empresas y derechos humanos, cuyas negociaciones siguen en curso. Pero también se consideró la posibilidad de crear un nuevo paradigma jurídico en el que se considere que la naturaleza también posee derechos: el derecho a existir, a evolucionar, a ser restaurada y a prosperar. Ecuador sigue siendo pionero en mostrar cómo los Derechos de la Naturaleza pueden ser utilizados por las comunidades para decir no a la minería, como fue el caso del bosque de Los Cedros. Pero los Derechos de la Naturaleza también escriben un nuevo guión que habla de interdependencia, renovación y respeto.

Una nueva historia, o una vieja, como subrayó la conversación sobre Liderazgo Tradicional. Los pueblos indígenas y tribales ya hablan esa lengua, la que está detrás de la de los derechos, la que se ha hablado a lo largo de la línea de los antepasados y hacia las generaciones futuras. Reclamar la soberanía territorial va mucho más allá de la "consulta" o del consentimiento fabricado. 

Por último, y por completo, las mujeres volvieron a dar un paso al frente. Al igual que las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por el extractivismo, también son ellas las que lideran la resistencia. El liderazgo de las mujeres y el ecofeminismo son ingredientes poderosos y necesarios para un mundo más allá del extractivismo. ¡Adelante!